ÁREAS PROTEGIDAS
 
 

  
 
¿Cómo llegar?

Desde Cuenca: por la carretera N-420 hasta Cañete, donde cogemos la carretera de Valdemeca (CM-2106) hasta Laguna del Marquesado.

La Laguna del Marquesado, declarada Reserva Natural en junio de 2004, es un humedal natural de origen cárstico, que se formó por el represamiento del arroyo del Soto mediante una barrera travertínica. El territorio de la Reserva incluye, además de la propia laguna y sus laderas vertientes, el cauce del arroyo y una pequeña zona palustre pasado el pueblo de Laguna del Marquesado.

  
 
La formación de barreras travertínicas o tobáceas da origen a lagunas como las de Ruidera, Somolinos o Uña. La toba calcárea es una roca sedimentaria que se forma por la precipitación del carbonato cálcico disuelto en el agua sobre la vegetación. Con el paso del tiempo el carbonato cálcico se compacta dando lugar a una roca porosa, en la que se aprecian los huecos que deja la materia vegetal. La toba se ha utilizado tradicionalmente como material de construcción en aquellos lugares en que es abundante, como Laguna del Marquesado.

Los carteles situados a lo largo del sendero nos informan sobre los valores naturales de la reserva y de las características del recorrido
 
La visita a la Reserva Natural se puede efectuar recorriendo un sendero interpretativo circular, de 5,5 km de longitud, señalizado recientemente por el órgano gestor de la reserva, con fondos de la Obra Social de la Fundación “la Caixa”.

A la llegada al pueblo de Laguna del Marquesado, un panel interpretativo nos informa acerca de los valores naturales de la reserva y de las características del recorrido, de baja dificultad y unas 3 horas de duración.

Podemos dejar el coche aparcado en la calle de entrada al pueblo, y atravesarlo a pie siguiendo las señales indicadoras hasta el comienzo del sendero. Durante este breve recorrido podemos apreciar la arquitectura de la localidad, que incluye la iglesia de San Bartolomé Apóstol y la casa-palacio del arzobispo López Cabrejas (s. XVII).

El sendero comienza a la salida del pueblo por un camino no asfaltado que, tras cruzar el río por una pasarela de madera, nos conduce a una zona de huertos en las cercanías de la barrera travertínica que ha formado la laguna. En los bordes del camino encontramos majuelos, rosales, endrinos y aligustres, que junto con otras especies forman las llamadas arbustedas espinosas caducifolias, catalogadas como hábitat de protección especial.

En un tramo del sendero caminamos junto a la ribera del río, donde crece vegetación helofítica, que vive sumergida en parte, como los carrizos y las espadañas. El llamado arroyo del Soto aguas arriba del humedal se conoce ya en esta zona como río de la Laguna, y desemboca en el río Cabriel, tributario del Júcar. En su cauce veremos berreras, falsas berreras y lentejas de agua en los remansos.

Los huertos de regadío tradicionales, junto a árboles frutales y nogales, están situados sobre bancales o terrazas. Tanto los muros que forman los bancales como los linderos de los huertos están hechos de toba, la misma roca que forma la presa natural que ha dado origen a la laguna.


Mientras bordeamos los huertos podemos ver al otro lado del río un molino que ha sido restaurado como vivienda, y escuchar el rumor de una pequeña cascada que únicamente se nos muestra desde el camino en invierno, cuando los sauces, chopos y arbustos espinosos carecen de hojas.

Más arriba, casi en la barrera travertínica, hay otras edificaciones en torno a un antiguo molino que se encuentran abandonadas, y constituyen la única nota discordante en el paisaje de este espacio, en el que el modo de vida tradicional de sus gentes está en armonía con la conservación de los recursos naturales.

 
El acónito (Aconitum napellus subsp. castellanum), de la Laguna del Marquesado sólo se ha encontrado en dos localidades de la región.
Llegamos por fin a la laguna, de aguas dulces, frías y transparentes, en la que se han encontrado ciertas especies de zooplancton e invertebrados bentónicos muy poco comunes en España e incluso en el mundo, ya que únicamente pueden vivir en aguas no contaminadas, como es el caso de las de la Laguna del Marquesado.

La trucha común vive en la laguna y se reproduce aguas arriba, en el arroyo del Soto. Se trata de aguas trucheras de alta montaña, estando permitida la pesca en la Laguna desde principios de junio hasta finales de septiembre. También se pueden encontrar carpas, introducidas por el hombre, que están proliferando desde hace unos años y pueden llegar a alterar el equilibrio ecológico de la laguna.

La laguna, el arroyo y sus riberas constituyen un hábitat primordial para la reproducción de los anfibios presentes, como la rana común, ranita de San Antonio, sapo común o sapillo pintojo. En la propia laguna viven culebras de agua, y en el entorno otros reptiles como culebras lisas, lagartos ocelados y lagartijas ibérica y colilarga.

A medida que el sendero asciende, si caminamos en silencio podemos escuchar y observar fácilmente las aves acuáticas: fochas comunes, ánades reales, zampullines chicos, rascones y pollas de agua nidifican en la laguna, y a ellas se suman, en invernada, alguna garza real, cercetas, porrones comunes y cormoranes.

Muchas otras especies de aves viven en la reserva, algunas de ellas amenazadas como el mirlo acuático, el martín pescador, o rapaces como el gavilán, el azor y el águila culebrera.

También habitan en ella numerosos mamíferos, más difíciles de ver, como la nutria y otros mustélidos (tejones, garduñas, comadrejas y turones), zorros, ginetas y gatos monteses. Las especies cinegéticas presentes son aprovechadas por los cotos de caza cercanos, pero únicamente las de caza mayor (ciervos, jabalíes) puesto que la caza menor está prohibida en la reserva natural.


En el camino, frente a la laguna, un panel interpretativo sobre la fauna de la reserva nos sirve de ayuda para ubicar en el entorno o identificar algunas de estas especies animales.

Si nos acercamos a la orilla, gracias a la transparencia casi total del agua podemos ver que el fondo de la laguna está tapizado de vegetación acuática. En función de la profundidad, que llega hasta los 5 metros y medio, encontramos distintas especies de flora.

Las comunidades de carófitos u ovas (un tipo de algas verdes) están siempre sumergidas, mientras que las plantas acuáticas vasculares presentan hojas o tallos emergidos en algún momento del año. En invierno, la superficie del agua está desprovista de vegetación, mientras que en el verano podemos encontrarla cubierta en su mayor parte por las hojas flotantes de Potamogeton natans.

También podemos encontrar otras especies de plantas acuáticas o hidrófitos, como Utricularia australis o Hippuris vulgaris, que por su escasez han sido incluidas en el catálogo regional de especies amenazadas. Y en la laguna se presenta además una auténtica rareza: la especie Sparganium natans, una planta acuática con distribución circumboreal cuya única población conocida en toda la península Ibérica se encuentra en la Laguna del Marquesado. En el catálogo regional se ha incluido en la categoría “en peligro de extinción”.

La toba calcárea se forma por la precipitación del carbonato cálcico disuelto en el agua sobre la vegetación
 
El camino nos conduce hacia la parte norte de la laguna, por la ladera del monte de pinos albares y laricios, y pronto encontramos un panel explicativo de la flora y la vegetación. Podemos observar desde allí una plantación de chopos en la cabecera de la laguna, que al igual que el pinar forma parte de un monte de utilidad pública propiedad del Ayuntamiento.

La chopera ha ocupado en parte zonas de elevada humedad en el suelo, que albergan comunidades megafórbicas (de hojas grandes), poco comunes por la escasez de hábitat adecuados; con especies de gran belleza como la “reina de los prados” (Filipendula ulmaria), o un acónito endémico de flores azules (Aconitum napellus subsp. castellanum), que sólo se ha encontrado en dos localidades de la región. En los ambientes higrófilos que ocupan estas comunidades se desarrollan también distintas orquídeas, como la amenazada Dactylorhiza incarnata y otras especies del mismo género.

El mejor recuerdo que podemos llevarnos de estas especies singulares de flora es una fotografía, recogerlas está prohibido por la legislación de conservación de la naturaleza y al hacerlo contribuimos a su desaparición.

Poco después de dejar la laguna alcanzamos la carretera CM-2106, por la que comenzaremos el regreso al punto de inicio. Tras unos metros, una señal nos indica la presencia de una fuente junto a la carretera, una surgencia de agua en el terreno que contribuye al encharcamiento de la zona.

Una valla de madera acota las zonas encharcadas para evitar que el ganado ovino pase sobre ellas y cause daño a la vegetación higrófila amenazada. Con ello se evita el único impacto negativo puntual que originaba la ganadería del municipio, que es extensiva y de baja densidad y no afecta a la calidad del agua, el suelo o la vegetación. Recientemente se ha construido una pequeña pasarela de madera sobre el arroyo del Soto para el cruce del ganado.

Continuamos por la carretera hasta que una baliza nos indica el desvío a un camino no asfaltado que nos conduce de nuevo al pueblo.

Concluye así el recorrido por este singular espacio de la provincia de Cuenca, que sin duda merece la pena conocer en cualquier época del año.

  
 
Normativa: Decreto 222/2004, de 01-06-2004, por el que se aprueba el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales y se declara la Reserva Natural de la Laguna del Marquesado, en el término municipal de Laguna del Marquesado en Cuenca.

Gestión del espacio: Servicio de Áreas Protegidas y Biodiversidad. Delegación Provincial de la Consejería de Agricultura y Medio Ambiente en Cuenca.
Cecilia Díaz Martínez
Servicio de Áreas Protegidas y Biodiversidad de Cuenca
 
   
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