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PARQUES Y JARDINES URBANOS
Revista número: 16
Autor: Pedro M. López Medina
EDITORIAL
Revista número: 25
EL PITóN VOLCáNICO DE CANCARIX
Revista número: 21
Autor: Mª Elena Gómez Sánchez
 
 
  DESARROLLO SOSTENIBLE
 
 
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La naturaleza ha estado presente en los asentamientos humanos principalmente a través de jardines, parques, huertos, o bien como mero paisaje. Los usos de los parques y jardines públicos han evolucionado a lo largo de su historia, desde ser escenarios de meditación y actividad religiosa, pasando por zonas de expresiones filosóficas, hasta llegar a los racionalistas o románticos con los que se convirtieron en espacios para la salud y la contemplación. Es durante el siglo XIX cuando nace el concepto de parque público tal y como lo concebimos en la actualidad.

Los parques y jardines urbanos constituyen, en muchos de nuestros municipios, el único reducto que los ciudadanos tienen para aliviarse de los males endémicos de las ciudades. Son una garantía de la presencia de la naturaleza en la ciudad, cumplen funciones muy diversas, unas de índole práctico y otras de índole psicológico. Contribuyen con funciones ornamentales, proporcionan espacios recreativos y de expansión, mejoran las condiciones microclimáticas de la ciudad, contribuyen a reducir la contaminación ambiental e influyen de forma positiva, tanto en la salud física como en la salud mental de los seres humanos que viven en un entorno cada vez más urbanizado.

Si consideramos la sostenibilidad como la tendencia de un sistema, en este caso el urbano, a generar la máxima diversidad social y ecológica, los parques y jardines públicos constituyen uno de los elementos que más directamente intervienen en el equilibrio ambiental y social de una ciudad, y por tanto han de asumir los conceptos y los objetivos del desarrollo sostenible.

Aproximadamente un 80% de los ciudadanos europeos viven en zonas urbanas, y es en ellas en donde los problemas de sostenibilidad se hacen sentir con especial agudeza, pudiendo condicionar la vida de futuras generaciones. Si queremos encontrar soluciones tendremos que mejorar el entorno urbano y su calidad de vida, haciendo de las ciudades lugares más saludables, respetando los principios básicos de la sostenibilidad. Es en este contexto es en el que la Agenda 21 Local debe constituir la herramienta idónea para la consecución de parques y jardines sostenibles y por ende de ciudades más sostenibles.
Los parques urbanos como espacios públicos
 
Los parques y jardines urbanos son puntos vitales del conjunto del ecosistema que es la ciudad, donde cada espacio constituye por sí mismo un verdadero ecosistema en el que el hombre tiene una presencia predominante que marcará su evolución. Son un agente aglomerante, un catalizador que une las diferentes dinámicas de una ciudad, estructurando un medio urbano en el que no cabe la división entre el mundo natural y el “artificial”.

La gestión de estos espacios desde un punto de vista integrador es indispensable para conseguir ciudades más sostenibles. Para la obtención de parques urbanos sostenibles es necesario la aplicación de los principios del desarrollo sostenible en todos los ámbitos: el diseño, la ejecución, el mantenimiento y la gestión de la zona verde. Dicha gestión ha de apoyarse en tres aspectos fundamentales:
  • Una gestión sostenible y un uso eficiente de los recursos naturales.


  • Un segundo aspecto es la potenciación del uso público del espacio y la participación ciudadana, considerando los parques y jardines lugares de ocio, encuentro, aprendizaje….


  • Y un último aspecto es considerarlo como un espacio para la divulgación y la educación ambiental.
Los criterios de sostenibilidad exigen una gestión rigurosa de los espacios verdes para que el consumo de los recursos sea mínimo, y para que la vida en la ciudad sea más sana y cómoda. Es necesario adaptar los espacios verdes a modelos tipológicos adecuados al clima mediterráneo. Una gestión sostenible contempla todo el ciclo de uso de los parques, gestión de recursos hídricos, reciclaje de residuos, mantenimiento, gestión energética….

Los parques y jardines públicos son uno de los elementos que más influyen en el equilibrio ambiental y social de una ciudad
 
El diseño constituye en la mayoría de los casos la llave para la futura sostenibilidad del parque. Las zonas verdes de una ciudad son elementos vivos y cambiantes, no sólo desde el punto de vista natural, sino también desde el punto de vista social. El diseño de un parque ha de ser capaz de adaptarse a los cambios que requiera el paso del tiempo. Ha de recoger un equilibrio entre la innovación y la tradición, las nuevas visiones creativas han de compatibilizarse con la recuperación y rehabilitación de nuestros entornos. Ha de integrar los elementos geomorfológicos de la zona de ubicación del parque, evitando grandes movimientos de tierras y zonificando los espacios de forma que sea posible planificar recorridos, plantaciones, señalizaciones y accesibilidades.

Debemos ser conscientes que el mobiliario, las infraestructuras y los pavimentos han de producir los menores impactos ambientales posibles, para lo cual es preciso el uso de materiales ecológicos que cumplan criterios de eficiencia ambiental y bajo impacto, de materiales reciclables o reciclados, o de maderas certificadas.

El diseño de los parques debe incorporar sistemas de riego eficientes

Las zonas verdes urbanas son potencialmente grandes productoras de residuos sobre los que habrá que realizar una gestión sostenible basada en las tres Rs (Reducir, Reutilizar, Reciclar).

 
Los espacios verdes son una herramienta de gran importancia para la educación ambiental
La gestión del agua constituye uno de los objetivos prioritarios en un parque sostenible. La selección de especies vegetales de bajo mantenimiento, autóctonas o alóctonas adaptadas al entorno, el empleo de sistemas de riego eficientes, o el uso de aguas recicladas, constituyen criterios indispensables en la gestión del espacio verde. Otro de los aspectos claves en la gestión del parque lo constituyen la eficiencia energética, la reducción de emisiones de CO2 provenientes del consumo energético y la reducción de la contaminación lumínica.

Por otro lado, es necesario extender el protagonismo social y estético de los parques como espacio público. Como tales, contribuyen a la mezcla social que debe garantizar, en términos de igualdad, la apropiación por parte de diferentes colectivos sociales y culturales, de género y de edad, del espacio urbano. Constituyen, por tanto, un mecanismo importante para la socialización de la vida urbana.

Quienes más necesitan de parques y jardines de calidad, accesibles y seguros, son generalmente los que tienen mayores dificultades para acceder a ellos: los niños, las mujeres, los pobres, los inmigrantes recientes, los mayores…. Los parques son lugares donde se expresa la diversidad social, se producen intercambios y se aprende la tolerancia. En ellos ciudadanos de todas las edades invierten una gran parte de su tiempo de ocio y recreo, convirtiéndose, en centros de actuación y desarrollo de inquietudes ciudadanas, tales como las deportivas, educativas, culturales, recreativas, ambientales y turísticas.
Los parques urbanos como espacios de biodiversidad
 
El término biodiversidad hace referencia a la cantidad de especies, animales y vegetales que viven en un lugar. La diversidad biológica constituye un recurso de vital importancia y valor para las generaciones presentes y futuras, que en la actualidad está sometido a graves desequilibrios que amenazan su conservación Este hecho tiene grandes implicaciones para el desarrollo ambiental, económico y social, motivo por el cual se están tomando medidas urgentes con miras a salvaguardar el patrimonio biológico.

Muchas de éstas corresponden a la conservación de la biodiversidad en entornos naturales, protegidos o no, pero existen territorios que contienen un elevado número de especies de flora y fauna que están siendo olvidados en la aplicación de estas medidas: los entornos urbanos.

Los parques urbanos son entornos ideales para el desarrollo de actividades deportivas y de ocio destinadas a todas las edades
 
Como ya hemos comentado, los parques y jardines urbanos poseen un gran valor social pero no debemos olvidar que constituyen un elemento integral del paisaje y son los principales reservorios de biodiversidad en la ciudad. Sirven de refugio para un gran número de especies vegetales y animales, algunas de las cuales tienen los últimos efectivos de la ciudad en estos espacios. Son los principales hábitat de plantas y animales del ecosistema urbano y constituyen pequeñas islas de riqueza biológica dentro de la urbe.

La biodiversidad de los parques urbanos está relacionada con la existencia de una diversidad de biotopos, por lo que es de gran importancia el mantenimiento de los distintos ambientes presentes: zonas húmedas, claros, praderas, etcétera, así como de los diferentes estratos vegetales: herbáceo, arbustivo y arbóreo.

En la actualidad muchas de las zonas verdes de nuestras ciudades no presentan una biodiversidad particularmente rica debido a que estas zonas se establecieron con grandes áreas pavimentadas, superficies de grava, zonas verdes bien segadas y, sobre todo, árboles individuales aislados. Para conseguir que los espacios verdes puedan contribuir a su función como reservorios biológicos, es necesario establecer criterios tanto en el diseño, como en la ejecución y en el mantenimiento del parque, para fomentar y preservar la biodiversidad biológica. Evitar impactos ambientales sobre el suelo, la vegetación natural y la fauna existente durante la fase de ejecución del parque, potenciar la presencia de fauna salvaje, principalmente aves, mediante la instalación de nidos, comederos y bebederos; el empleo de especies autóctonas y adaptadas al medio, o el fomento de zonas de vegetación espontánea y la conservación de la diversidad florística, son algunas de las medidas que hay que implementar para proteger y fomentar la biodiversidad en los espacios verdes.
Los parques urbanos como espacios para la educación sobre la sostenibilidad
 
Los espacios verdes constituyen una herramienta de gran importancia para la educación ambiental y la concienciación pública en la sostenibilidad. Las áreas verdes públicas contienen elementos naturales que constituyen unos excelentes instrumentos de apoyo para involucrar a los ciudadanos en la defensa, protección y conservación de su propio medio ambiente, para conseguir satisfacer las necesidades del presente, sin hipotecar la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer las propias, sin expoliar el entorno, ni ocasionar daños irreversibles al planeta. Esto es educar para el desarrollo sostenible.

 
La eficiencia energética debe ser uno de los aspectos clave a tener en cuenta en el diseño de las zonas verdes
Los parques y jardines poseen un alto potencial como equipamientos o aulas al aire libre donde se desarrollen actividades educativas, dirigidas por técnicos o autoguiadas, posibilitando diversos escenarios didácticos en los que materializar acciones de educación ambiental, tales como acciones de interpretación ambiental, itinerarios autoguiados de educación ambiental, recuperaciones de entornos degradados, etc.

El desarrollo de capacidades para la conservación y educación, tanto de los nuevos espacios verdes como de los ya existentes, es una de las prioridades para asegurar la conservación de la diversidad biológica desde el medio urbano. Para ello se han de desarrollar programas educativos, que se apoyen en los parques urbanos como recurso y equipamiento, que permitan la educación en los valores de la sostenibilidad. En este sentido, las Agendas 21 Escolares constituyen plataformas idóneas para fomentar, en estos entornos, acciones de concienciación ambiental dirigida a escolares.

También los parques y jardines urbanos son idóneos para fomentar la educación para la salud. Se pueden realizar campañas de prevención en el terreno de la sexualidad, apoyo a toxicómanos, acciones de rehabilitación mental de enfermos leves, etc.

Gracias al fenómeno social de la inmigración, los parques y jardines urbanos también se han convertido en "embajadas" culturales y sociales de una gran variedad de países, pero fundamentalmente de africanos y latinoamericanos. Se plantea entonces un amplio campo de posibilidades de actuaciones de cooperación y solidaridad con inmigrantes, tanto promovidas por las administraciones como por ONG, tendentes a la incorporación de este colectivo de “nuevos ciudadanos” para los que, demasiado a menudo, la situación legal, laboral y personal es bastante precaria.
Pedro M. López Medina
Jefe de Sección de Desarrollo Sostenible
Dirección General de Desarrollo Rural y Sostenibilidad
Consejería de Medio Ambiente y Desarrollo Rural
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