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El vulcanismo en el Campo de Calatrava
 
Maar del Acebuche, fotografía de Elena González Cárdenas (Grupo de Investigación de la UCLM: Geomorfología Territorio y Paisaje en Regiones Volcánicas. GEOVOL)

Aunque volumétricamente la zona volcánica del Campo de Calatrava no es comparable a las grandes zonas volcánicas del mundo, sin embargo es especialmente destacable por su variedad composicional, y por la variedad de fenómenos eruptivos que han dado lugar a la diversidad de relieves de origen volcánico que en la actualidad podemos apreciar, a los que los habitantes de estos campos han otorgado nombres como “hoyas”, “negrizales”, “castillejos” “morrones” o “cabezos”. Esta variedad de formas se corresponde además con una importante diversidad en cuanto a los tipos de rocas volcánicas presentes, que han sido objeto de explotación de forma habitual a lo largo de la historia.

Fig. 1. Erupciones estrombolianas.
Fig. 2. Erupciones hidromagmáticas.

Los fenómenos volcánicos del Campo de Calatrava se asocian al plegamiento y elevación de las cordilleras del sur de la Península Ibérica (Orogenia alpina), dándose los primeros fenómenos eruptivos hace alrededor de 8,5 millones de años y los últimos hace aproximadamente 6.000 años. A lo largo de este periodo tuvieron lugar erupciones volcánicas de tipo efusivo, explosivo e hidromagmático.

Fig. 3. Influencia de la cantidad de agua sobre las explosiones hidromagmáticas.

Ejemplos de formaciones volcánicas del Campo de Calatrava, arriba la Laguna y Volcán de la Posadilla y abajo el Peñón de Ciruela.
 
Se conoce como erupciones efusivas a aquellas en las que el magma1 es más fluido y con bajo contenido en gases, de forma que el volcán lo expulsa mediante un flujo más o menos uniforme y lento. En ellas la lava se va depositando a lo largo de la ladera del volcán formando el cono volcánico al solidificarse. En el Campo de Calatrava este tipo de erupciones han dado lugar a distintos tipos de “edificios volcánicos”, siendo comunes aquellos cuyo perfil es el de una pequeña cúpula de poca altura, como es el caso del volcán de La Bienvenida. En otros casos, la lava viscosa se solidifica cerca del punto de emisión formando pequeños relieves algo más abruptos que reciben la denominación popular de “castillejos”.

En el caso de las erupciones explosivas, el magma es más denso y con un mayor contenido en gases, lo que hace que su salida al exterior se produzca de forma explosiva. Dentro de este tipo de erupciones, las que tienen un menor índice de explosividad se conocen como erupciones estrombolianas (en recuerdo del volcán Estrómboli), que son las más frecuentes entre las explosivas en el Campo de Calatrava. Se caracterizan por la emisión de piroclastos, que son fragmentos de roca ígnea expulsados por el volcán y cuyo tamaño puede oscilar desde las simples cenizas a las conocidas como “bombas volcánicas”, que pueden alcanzar tamaños considerables. La deposición de estos materiales pirocásticos llega a formar apilamientos, que en la zona son conocidos como “cabezos”.

 
Las erupciones hidromagmáticas se producen cuando el magma, en su ascenso hacia la superficie terrestre, entra en contacto con agua acumulada bajo la corteza o con agua superficial. Cuando el magma entra en contacto directo con el agua freática en las condiciones adecuadas se produce una erupción denominada freatomagmática, caracterizada por la violencia de sus explosiones que dan lugar a la formación de grandes depresiones o cráteres de explosión en superficie. En el Campo de Calatrava este tipo de erupciones se debieron a la presencia de acuíferos locales bajo la superficie, y dieron origen a la apertura de grandes cráteres, conocidos en la zona como “hoyas”, que pueden alcanzar incluso más de dos kilómetros de diámetro.

Esta diversidad de fenómenos eruptivos ha contribuido a que en la actualidad el Campo de Calatrava cuente con más de 200 formas volcánicas de interés, lo que convierte a esta comarca en una de las regiones volcánicas más relevantes de la Península Ibérica.

Desde que en 1999 la Ley de Conservación de la naturaleza de Castilla-La Mancha incluyera a las formas de origen volcánico entre los elementos geomorfológicos de interés especial en la región, hasta 10 espacios naturales protegidos han sido declarados, todos ellos bajo la categoría de “Monumento Natural”, en relación a elementos de origen volcánico ubicados en el Campo de Calatrava:

  
 
El Campo de Calatrava se encuentra entre las zonas volcánicas más importantes de la Peninsula Ibérica


Elemento
Figura de protección
Fecha de declaración
Laguna Volcánica de La Alberquilla
Monumento Natural
05-10-1999
Laguna Volcánica de Michos
Monumento Natural
05-10-1999
Laguna y Volcán de La Posadilla
Monumento Natural
05-10-1999
Los Castillejos Volcánicos de la Bienvenida
Monumento Natural
05-10-1999
Maar de la Hoya de Cervera
Monumento Natural
05-10-1999
Maar de la Hoya del Mortero
Monumento Natural
05-12-2000
Volcán y laguna de Peñarroya
Monumento Natural
05-12-2000
Volcán del Cerro de los Santos
Monumento Natural
27-02-2001
Macizo Volcánico de Calatrava
Monumento Natural
24-06-2008
Monumento Natural
Monumento Natural
31-03-2009
El Macizo Volcánico de Calatrava
 
 
Ocupando parte de los términos municipales de Aldea del Rey, Almagro, Argamasilla de Calatrava, Ballesteros de Calatrava, y Pozuelo de Calatrava, el Macizo Volcánico de Calatrava, con sus 3.550 ha. y más de una decena de formaciones volcánicas de interés, constituye la unidad volcánica más extensa y mejor conservada existente en la comarca del Campo de Calatrava. La profusión de grandes aparatos volcánicos superpuestos o alineados según fisuras eruptivas, de erupciones tanto estrombolianas como hidromagmáticas, con conos piroclásticos con y sin coladas, maares de diversas dimensiones, componen una variedad de edificios volcánicos única en toda la región volcánica de la provincia de Ciudad Real.

Las formas volcánicas del Macizo de Calatrava se alinean siguiendo varias fisuras eruptivas paralelas de dirección noroeste-sureste. Mientras que en la zona centro y sur del espacio predominan las formas originadas por erupciones hidromagmáticas, entre las que destacan hoyas y maares, en las zonas este y norte predominan los edificios derivados de actividad estromboliana.

Quizás sean las formas derivadas de actividad freatomagmática, las que más han contribuido a modificar el paisaje de este espacio, al abrir numerosas depresiones explosivas, muchas de ellas ocupadas por lagunas de carácter estacional. Destaca el Maar de Navalacierva, con 1400 metros de diámetro y 20 metros de profundidad, cráter de explosión freatomagmática que presenta un anillo parcial de tobas. El Maar del Acebuche un amplio cráter de 1.600 m de apertura máxima y una profundidad de 89 m desde el punto más alto del reborde cuarcítico que lo enmarca. Y al sur de éste último, el Cráter de Carboneras (de forma subelíptica) y el Maar de Los Lomillos (de forma subcircular) rodeados ambos de altos escarpes rocosos. O los Maares de Hoya Larga, dos cráteres de explosión freatomagmática superpuestos, rodeados de un anillo parcial de tobas.

 
Bomba volcánica
En cuanto a las formas derivadas de dinámicas explosivas de erupción, destaca el Volcán de la Conejera, centro estromboliano que emitió nefelinitas2, en el que podemos apreciar, asociadas a un cono piroclástico de unos 80 metros de altura, dos bocas eruptivas por las que se vertieron coladas de gran desarrollo longitudinal. El Volcán de Setecientas, antiguamente denominado Volcán de Los Frailes, centro estromboliano del que partieron dos coladas volcánicas una de las cuales recorrió más de cinco kilómetros. El Volcán de La Encina, gran centro estromboliano cuyo cono emerge sobre una base de la cuerda cuarcítica de la sierra, presentando una forma elipsoidal troncocónica con una notable depresión cratérica en la cima, y junto al que se encuentra un importante cráter de explosión freatomagmático que recibe la misma denominación que el volcán (Maar de la Encina).

Las coladas de lava correspondientes a los volcanes de La Conejera, Setecientos y La Encina, discurrieron por pequeños arroyos o valles, ocupándolos, pero sin producir escarpes notables ni en su frente actual ni en sus laterales, debido a la escasa potencia que presentan. En cuanto a la composición de estas coladas, se presentan los tres principales magmas que hay en la región: basálticos, en las coladas procedentes de los volcanes de Setecientos y La Encina, con emisión también de productos piroclásticos de proyección aérea (bombas, lapillis3 y escorias) en el caso del volcán de La Encina; nefeliníticos, en las coladas emitidas por el Volcán de La Conejera, con materiales de nefelinitas olivínicas; y magmas melilitíticos4, emitidos por el volcán de La Colmenilla.

  
 
El Macizo Volcánico de Calatrava es una de las representaciones mejor conservadas del vulcanismo en nuestra región

En cuanto al grado de conservación natural de las unidades volcánicas presentes en este espacio natural protegido, éste es bastante bueno, ya que aún no están excesivamente erosionadas, siendo posible reconocer perfectamente todos los elementos volcanoestructurales: cráteres, coladas, anillos de tobas y maares.

El material piroclástico forma a veces “tobas” o anillos en los márgenes de los cráteres.

En definitiva, un espacio con un alto valor desde el punto de vista geomorfológico y paisajístico, por el número y variedad de formas volcánicas que podemos descubrir en él, y con un gran interés desde el punto de vista científico, por cuanto nos ayuda a interpretar la historia geológica de nuestra región.

Maar del Acebuche: el ritmo estacional impone grandes cambios, haciendo que en los inviernos lluviosos el cráter esté cubierto por una laguna que llega a desaparecer durante el verano.


  
 
Bibliografía

Hernández Pacheco, F. (1932). Estudio de la región volcánica central de España. Mem. Acad. Ciencias Ex. Fis. Nat, 3, 235 pp.

García del Cura, María Ángeles, García Rayego, José Luis, González Cárdenas, Elena, 1994. Elementos del medio natural en la provincia de Ciudad Real. Universidad Castilla-La Mancha.

González Cárdenas, E. Erupciones hidromagmáticas en el borde occidental del Macizo de Calatrava, Campo de Calatrava (España). El Volcán del Rinconcillo. IV Reunión de Geomorfología Grandal d’Anglade, A. y Pagés Valcarlos, J. Eds. 1996. Sociedad Española de Geomorfología O Castro (A Coruña).

González Cárdenas, E. Depósitos de oleadas basales y su papel en el relieve volcánico del Campo de Calatrava (España). Departamento de Geografía y Ordenación del Territorio. Facultad de Letras.

Decreto 91/2008, de 24-06-2008, por el que se declara el Monumento Natural del Macizo Volcánico de Calatrava, en los términos municipales de Almagro, Argamasilla de Calatrava, Pozuelo de Calatrava, Ballesteros de Calatrava y Aldea del Rey, provincia de Ciudad Real. (DOCM nº 139 - Fasc. I, 4 de julio de 2008).


  
 
REFERENCIAS

1 Magma: Mezcla de rocas líquidas y gases a alta temperatura, que se halla en el interior de la tierra y tiende a ascender y a salir por las grietas de la corteza terrestre formando un volcán.

2 Nefelinita: roca volcánica similar al basalto.

3 Lapilli: Material piroclástico cuyo tamaño oscila entre 2 milímetros y algunos centímetros.

4 Las melilitas son rocas volcánicas que contienen más de un 10% de melilita, un silicato de magnesio y calcio.
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