ECONOMíA CIRCULAR
 
El conocimiento de la realidad es la base para orientar la gestión
 

Uno de los problemas que nos encontramos habitualmente cuando queremos evaluar la eficiencia de los sistemas de recogida y gestión de residuos, es el desconocimiento de la situación de base de la que partimos. Aunque parezca una obviedad, para saber en qué medida estamos recogiendo los residuos que se generan, es preciso conocer cuántos residuos se generan. Y no siempre es fácil disponer de esta información.

La cosa se complica aún más cuando queremos disponer de esta información de base de una forma desagregada en función del tipo de residuo. Es decir, de los residuos que generamos, cuántos corresponden a envases, cuántos a materia orgánica, cuántos son metálicos, cuántos son plásticos, cuántos de papel/cartón…

El conocimiento de la situación de partida, o, lo que es lo mismo, el diagnóstico de situación, debe ser la base para orientar cualquier planificación que se precie. Y las medidas que se propongan para conseguir mejorar la gestión van a ser más o menos eficaces en la medida de que respondan a esa situación de partida.

A nivel nacional, existen estudios como el que elabora anualmente el Instituto Nacional de Estadística sobre generación y tratamiento de residuos, que aportan información sobre la cantidad total de residuos generados en los diferentes sectores de la actividad económica (agricultura, pesca, acuicultura, industria, construcción, servicios y hogares). También a nivel Estatal, se dispone de estudios como el que se hizo en el marco del Plan Piloto de Caracterización de Residuos de Origen Domiciliario, realizado entre 2010 y 2012, que sirvió como información de base para la redacción del Plan Estatal Marco de Gestión de Residuos (PEMAR 2016-2022), nos ofrece datos sobre la composición promedio por materiales de los residuos de competencia municipal a nivel estatal.

El problema se nos plantea a la hora de trasladar los resultados de estos estudios estatales al contexto de nuestra Comunidad Autónoma. Castilla-La Mancha presenta unos condicionantes particulares que hacen que la extrapolación directa de estos datos nacionales pueda ser cuestionable. Nuestra densidad de población y la estructura de los núcleos de población, el carácter fundamentalmente rural de la mayor parte de nuestros municipios, el propio nivel de rentas de las familias castellanomachegas, pueden hacer que nuestro modelo de consumo y, por consecuencia, muestro modelo de generación de residuos, no tengan por qué corresponderse con la media estatal.

De ahí la importancia de disponer de estudios adaptados al contexto de nuestra región, que nos permitan conocer con más fidelidad y detalle cuál es la realidad de nuestra Comunidad Autónoma en relación con la generación de residuos. En un momento en el que se está produciendo una redefinición de objetivos por parte de la UE en relación a los residuos domésticos, en un momento en el que se está revisando el Plan Integrado de Gestión de Residuos de Castilla-La Mancha, este tipo de estudios son especialmente valiosos.
El estudio sobre la generación y composición de residuos municipales en Castilla-La Mancha
 

Conscientes de la necesidad de este tipo de estudios, en el marco del Convenio Marco Regional entre Ecoembalajes España (en adelante Ecoembes), y la Consejería de Desarrollo Sostenible, se acordó entre las partes suscribientes del convenio, y las Entidades Locales adheridas al mismo, que parte de los fondos de promoción adscritos al citado convenio marco, se destinaran a la realización de un estudio de caracterización de los residuos municipales generados en Castilla-La Mancha.

El estudio lo realizó la empresa KMPG Auditores S.L. y los trabajos de campo se llevaron a cabo durante el periodo comprendido entre junio de 2018 y mayo de 2019. Se analizaron los flujos de residuos de gestión pública, que incluyen los residuos generados en los domicilios y los generados en comercios, servicios/hostelería, instituciones, y actividades económicas varias, que tienen como denominador común el hecho de ser recogidos y gestionados por las Entidades Locales.

Para que el estudio fuera lo más representativo posible se hizo una selección de los municipios que integrarían la muestra sobre la que realizar el análisis, en base a criterios como su grado de ruralidad, o la actividad predominante (industrial/comercial/agrícola).

A las Entidades Locales seleccionadas se les solicitó información sobre datos de generación de los principales flujos de residuos, que incluían la fracción resto (residuos mezclados) recogida en los contenedores de acera, las fracciones recogidas de forma selectiva mediante contenedores (envases ligeros, papel/cartón, vidrio, pilas, residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, ropa y calzado, aceite de cocina usado), los residuos recogidos puerta a puerta (fundamentalmente papel/cartón de origen comercial), los recogidos en puntos limpios, otras recogidas como las de enseres y residuos voluminosos y las de animales muertos, las recogidas de residuos de mercados, o de cementerios, los residuos procedentes de podas, siegas y desbroces, y los de papeleras, y restos de barridos, hojas, etc.

Además de la información suministrada por las Entidades Locales, se realizaron un total de 366 caracterizaciones de muestras de residuos distribuidas como refleja la Tabla 1.

  
  
 
  
  
 
Tabla 1. Muestras de residuos


Los resultados del estudio arrojan unos datos de composición bruta de los residuos domésticos generados, de los que podemos obtener la composición neta descontando la humedad y suciedad (determinada mediante ensayos en laboratorio) para las fracciones con propensión a recibir contaminación de las otras fracciones, en particular de la fracción orgánica (de hecho, un porcentaje elevado de la humedad-suciedad se podría sumar a la fracción de biorresiduos).

Para interpretar los resultados hay que tener en cuenta la existencia de posibles sesgos en el estudio, derivados, por ejemplo, de errores en la ejecución de la caracterización, o de la diferente segregación de la información facilitada por los municipios. Los citados sesgos podrían introducir ciertas desviaciones para determinadas fracciones.

Por ejemplo, puede darse el caso de envases comerciales que sean contados como domésticos, ya que existen algunos tipos y formatos de envases en los que no es posible diferenciar el origen doméstico o comercial al ser similares en tamaño y formato. Otro sesgo común es atribuir a la fracción de envases, materiales como las bolsas de congelados, recipientes de horneado o congelado, que no son envases sino productos.

Teniendo en cuenta estas limitaciones, los resultados obtenidos en el estudio para la composición bruta y neta, son los que recoge la Tabla 2.

  
  
 
  
  
 
Tabla 2. Composición bruta y neta


 
Como se puede ver, la fracción con más peso es la correspondiente a biorresiduos, con un 30,22% de la composición neta, que alcanzaría en torno al 40% si le sumamos la mayor parte del componente de humedad. Este dato sería ligeramente inferior al que reflejaba en 2012, para el total del Estado, el Plan Piloto de Caracterización de Residuos Urbanos de origen domiciliario, que daba un porcentaje de biorresiduos del 42% sin contar la humedad.



 
La segunda fracción en importancia por su peso en la composición neta es la de papel/cartón, con un 11,86 %. Este resultado resulta similar al que reflejaba el estudio de 2012 incluido en el Plan Estatal Marco de Gestión de Residuos (PEMAR), que ofrecía un 15% para la fracción de papel/cartón. Algo parecido sucede con la siguiente fracción en importancia, la de plásticos, que presenta en el estudio realizado en Castilla-La Mancha un 10,4% de la composición neta, y un 9% en el estudio del PEMAR.

Más llamativo resulta el caso de la fracción de vidrio, que en la caracterización realizada para nuestra Comunidad Autónoma ofrece un porcentaje del 4,82% de la composición neta, mientras que esta fracción en el estudio a nivel estatal representaba el 8%, es decir, un porcentaje significativamente superior.

Los valores que ofrece el estudio para las fracciones de madera, metales, y textiles, se pueden considerar análogos o muy similares a las que arrojaba el estudio a nivel estatal.

Como era de esperar, se han observado pequeñas variaciones en función de los tipos de municipios en los que se ha realizado el estudio. Así se ha visto que, en las muestras correspondientes a localidades de un carácter más urbano, la fracción papel/cartón tenía más peso. De igual forma, en los municipios con un mayor componente industrial o comercial se ha observado un incremento comparativo de la fracción de envases plásticos. Estas variaciones pueden ser resultado de diferencias en los hábitos de consumo de los diferentes tipos de municipios considerados.

Si además de fijarnos en los materiales que componen los residuos nos fijamos en el tipo de producto que está en su origen, vemos que los residuos de envases, con un 21,74% de la composición neta, son una de las principales fracciones de nuestros residuos (incluye briks, envases plásticos y metálicos, de papel-cartón, vidrio y madera, y, como se ha mencionado al hablar de los sesgos, incluye tanto envases domésticos como comerciales). A pesar de tratarse de elementos de poca densidad, los residuos de envases supondrían casi la cuarta parte en peso de los residuos que se generan en los hogares de nuestra región. Este dato puede estar sobreestimado, debido a la tendencia detectada en algunas entidades, de declarar como envase materiales plásticos, metálicos o de papel/cartón que en realidad no corresponden a envases. Aun así, el dato pone de manifiesto la necesidad de insistir en la prevención de la generación de este tipo de residuos, y de lograr que se reciclen en el mayor porcentaje que sea posible. Si sumamos a la fracción de envases la de biorresiduos, suponen más de la mitad de los residuos generados. Si a esto le añadimos las fracciones de plástico, metal y papel/cartón no envase, y otras fácilmente reciclables como la textil, vemos que la adecuada gestión de todas ellas nos aproximaría a una situación de mínimo vertido, por lo que resulta imprescindible lograr la correcta gestión de todas estas fracciones para las que la contribución ciudadana puede resultar vital a la hora de alcanzar los objetivos en materia de reciclaje de residuos.
La composición de la fracción resto
 

Otro aspecto interesante del estudio de caracterización ha sido el de la composición de la fracción de residuos mezclados, es decir, la bolsa de basura en la que depositamos los residuos que no se recogen de forma separada: la conocida como fracción resto.

  
  
 
  
  
 
Tabla 3. Composición de la fracción resto.


El mayor porcentaje para este apartado corresponde a los biorresiduos, con un 31,14% en la composición neta. Es un porcentaje superior al registrado para el total de residuos, dado que la práctica totalidad de los biorresiduos se encuentran contenidos en esta fracción. Si lo comparamos con el 48% obtenido para este mismo parámetro en el Plan piloto de caracterización residuos urbanos que fue utilizado como base en el PEMAR, vemos que se trata de un resultado sensiblemente inferior. Esto resulta llamativo si tenemos en cuenta que en el contexto estatal ya existía en 2012 recogida separada de biorresiduos en algunos territorios, lo que debía traducirse en una menor presencia de estos residuos en la fracción resto.

  
 
A pesar de tratarse de elementos de poca densidad, los residuos de envases suponen más de la cuarta parte en peso de los residuos


Si nos fijamos en la composición de los biorresiduos, vemos que en la fracción resto el componente mayoritario es el de materia orgánica de origen domiciliario, y los restos vegetales tienen un peso menor, mientras que en la composición agregada de todas las fracciones, esta fracción vegetal suponía casi la mitad de los biorresiduos, sin duda debido a los restos de podas y limpiezas de parques y jardines.

 
Las siguientes fracciones en importancia son la de plásticos y la de papel/cartón, ambas con un componente mayoritario de material procedente de envases. En total, y según los datos que arroja este estudio, teniendo en cuenta los sesgos que ya se han mencionado al hablar de la composición total de los residuos, casi el 20% en peso de la fracción de residuos mezclados es material procedente de envases. Recuperar estos materiales de la fracción resto en una planta de tratamiento es mucho más costoso tecnológica y económicamente que si se hubieran depositado en los correspondientes contenedores de recogida selectiva, y ese sobrecoste lo pagamos todos. Además, el reciclaje a partir de la recogida separada es más eficiente que a partir de lo recuperado de la fracción resto. Por ello sigue siendo necesario recordar que depositar los envases en los contenedores de recogida selectiva equivale a darles la mejor gestión tanto desde el punto de vista ambiental como el económico.

Otro aspecto interesante es el peso del material textil dentro de la composición neta de la fracción resto, que alcanza un 7,65%. Según la normativa europea vigente, estos residuos deben ser recogidos de forma separada antes del 1 de enero de 2025, como muy tarde. La recogida de estos residuos de forma selectiva permitirá incrementar la tasa total de reciclaje y disminuir la fracción de rechazos, ya que actualmente la mayor parte de los residuos de este tipo que llegan a las plantas de tratamiento acaba siendo depositada en vertedero.
Orientaciones para el futuro
 

Como decíamos al principio, el conocimiento de la realidad es el que nos va a permitir planificar de una forma correcta, eficaz y eficiente las acciones para modificarla. Actualmente nos encontramos en fase de revisión del Plan Integrado de Gestión de Residuos de Castilla-La Mancha, por lo que información como la contenida en este estudio, la aportada por las Entidades Locales, los Consorcios de Gestión de Residuos, los Sistemas de Responsabilidad Ampliada del Productor, y los Gestores de Residuos, es clave de cara a definir los objetivos y las medidas que finalmente se incluirán en la versión revisada del Plan, que será el instrumento estratégico para la gestión de residuos en nuestra región durante los próximos años.

  
 
El axioma que dice que “el mejor residuo es el que no se produce” sigue siendo cierto, y por eso todos debemos concienciarnos de la importancia de la prevención de la generación de residuos


El axioma que dice que “el mejor residuo es el que no se produce” sigue siendo cierto, y por eso todos debemos concienciarnos de la importancia de la prevención de la generación de residuos. Prevenir el desperdicio alimentario, evitar el uso excesivo de envolventes, promover la reutilización de productos que puedan volver a ser usados, son contribuciones al alcance de todos, e imprescindibles para alcanzar una economía más circular.

Hay que seguir recordando el papel fundamental que tenemos como ciudadanos responsables, en la separación en origen de los residuos domiciliarios, que es un aspecto clave para reducir el volumen de residuos que se deposita anualmente en los vertederos. Ya se está implantando la recogida selectiva de biorresiduos en nuestra Comunidad Autónoma, y a medio plazo será obligatorio recoger de forma separada fracciones como la de los residuos textiles, o la de los residuos peligrosos que producimos en nuestros hogares. Nuestro compromiso individual y como sociedad es imprescindible para que Castilla-La Mancha pueda cumplir los exigentes objetivos que se plantean para el futuro inmediato en materia de gestión de residuos en el contexto europeo.
Francisco Plaza Torres
Servicio de Planificación y Promoción Ambiental, Viceconsejería de Medio Ambiente.
 
   
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