EDITORIAL
 
 
Acabamos de comenzar un nuevo año, y es tradición por estas fechas hacer buenos propósitos. Desde la revista Medio Ambiente Castilla-La Mancha nos gustaría compartir los nuestros con los lectores con el ánimo de que todos los incorporemos como retos para 2023.

En primer lugar, os proponemos ser conscientes de que nuestras acciones tienen un efecto en el medio ambiente, y que con pequeños esfuerzos podemos rebajar sensiblemente nuestra factura ambiental.

En segundo lugar, os animamos a conocer el riquísimo patrimonio natural de nuestra Comunidad Autónoma, a sentir por él legítimo orgullo, y a comprometernos e implicarnos en su conservación y puesta en valor.

También nos gustaría que volviéramos la vista hacia nuestros pueblos, amenazados por la espada de Damocles de la despoblación, y contribuyamos a buscar soluciones que les garanticen un futuro viable y sostenible. Seamos más responsables a la hora de comprar y consumir; no compremos más de lo necesario y evitemos el desperdicio de alimentos. Y los residuos de estos alimentos, separémoslos para depositarlos en el contenedor marrón que ya se está implantando en nuestras ciudades.

Y por último, nos gustaría que hiciéramos lo posible porque no se queden en simples deseos, y se conviertan en una realidad.

En línea con estos propósitos, en la sección de educación ambiental de este primer número del año os invitamos a conocer el Jardín Botánico de Castilla-La Mancha, un centro ubicado en Albacete y que desde 2010 viene trabajando por la conservación y gestión de la biodiversidad. La educación ambiental es una de las funciones del Jardín Botánico, intentando transmitir a la ciudadanía la importancia y el valor de nuestra flora, y la necesidad de conservarla.

En el apartado de gestión forestal nos ocupamos de los marteloscopios, unos laboratorios vivos que pueden funcionar tanto como aulas de aprendizaje para futuros gestores forestales, como para mostrar a toda la sociedad que el aprovechamiento maderero de un monte es compatible con niveles de biodiversidad muy elevados si se aplican los criterios adecuados. En la Dehesa Boyal de Valsalobre se ha puesto en marcha uno de estos laboratorios vivos, que se integra así en una red nacional compuesta por 11 marteloscopios, y que forma parte de una red más extensa compuesta por 158 sitios repartidos por 22 países europeos.

Dentro de la sección dedicada a la Economía circular, incluimos un artículo que hace una recapitulación sobre lo que ha supuesto el proyecto Bioregio, en el que la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha participa como socio, junto con otros siete socios de cinco países europeos (Grecia, Finlandia, Francia, Eslovaquia y Rumanía), y que ha completado su desarrollo en 2022. El proyecto se ha mostrado como una herramienta magnífica para el intercambio de conocimiento con otras regiones europeas en materia en bioeconomía circular, con una especial atención a los residuos orgánicos, entre los que se encuentran los residuos de comida y otros biorresiduos, el compost, los lodos de depuración industriales y municipales, y los residuos agrarios.

También incluimos el segundo número del Boletín de Áreas Protegidas de Castilla-La Mancha, en el que podréis encontrar la actualidad sobre esta extensa red de espacios protegidos de nuestra región. Y, cómo no, nuestras habituales secciones de noticias breves, o de participación por medio del envío y publicación de vuestras fotografías.

Esperamos que sea un menú atractivo para iniciar este año con entusiasmo renovado y la disposición a mantener con el medio ambiente una relación más sostenible.
 
   
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