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Los pasados 26 y 27 de enero, se celebró en Toledo el primer Encuentro Regional de Educación Ambiental, una cita que reunió en la capital castellanomanchega a una gran diversidad de agentes que trabajan en el ámbito de la educación ambiental en nuestra región.
Y quizás el principal éxito de este encuentro haya sido ese, el de concitar la participación, el de conseguir que desde el ámbito privado a los distintos niveles de la administración pública, desde las empresas a las entidades sin fin de lucro, y desde los colectivos a las personas que individualmente juegan un papel en la materia, se haya decidido participar, mostrar y compartir experiencias, y aprender de lo que hacen otros. Porque sólo desde esta base se puede conseguir tejer redes de cooperación, y trabajar de forma conjunta en objetivos colectivos.
Vivimos unos tiempos complicados, tanto en lo social como en lo ambiental. Sobre nuestras cabezas se ciernen escenarios que exigen una auténtica transformación social, si queremos que las generaciones futuras puedan gozar de un modelo de vida más justo y sostenible que el nuestro. Y no podemos buscar esa transformación ni desde la imposición, ni desde el paternalismo de la Administración, sino desde el convencimiento, desde la participación, desde la implicación activa en la búsqueda e implementación de soluciones a esta crisis. Porque los procesos de transformación social necesarios para cuidar y respetar realmente nuestro entorno requieren de la implicación y el compromiso del conjunto de la sociedad.
No hablamos sólo de convencer a alguien de que deposite los residuos en el contenedor correcto, hablamos de lograr cambios en nuestro estilo de vida, que permitan la integración de una perspectiva ecosocial en nuestra conducta, partiendo de la asunción de nuestra ecodependencia como sociedad. Debemos fomentar el desarrollo en las personas de un pensamiento crítico, que les permita cuestionar las ideas y llegar a conclusiones propias sobre la forma de relacionarse con el resto de la sociedad y con el medio ambiente.
Y este pensamiento crítico no es posible sin una información y una formación de calidad que se pueda convertir en conocimiento.
En este número de la revista, nuestro artículo principal se ocupa precisamente de ese primer Encuentro Regional del que hablábamos al principio, y ofrece un resumen de lo tratado en el evento. También contamos con un artículo que nos cuenta la exitosa experiencia de dos milanos reales recuperados en el CERI de Sevilleja de la Jara y reintroducidos al medio natural. Por supuesto, también incluimos otro número del Boletín de Áreas Protegidas, y las secciones habituales de noticias breves, y de participación fotográfica.
Esperamos que os inspire. |
